El negocio del Karma

El negocio del Karma

Una jornada laboral de pura inspiración

Ayer transcurrió una jornada maratónica… Seis intensivas horas de esfuerzo me permitieron redescubrir algo que la pandemia me había arrebatado.

La creencia en la habilidad de transmitir.
Se rumorea que bajo la regla del karma, todas o la mayoría de nuestras acciones y decisiones se reflejan en nosotros dependiendo de si están impregnadas de buenas o malas vibras y, poco a poco, esta ley nos coloca en nuestro merecido sitial…
En estos tiempos que corren, a menudo estamos compelidos, como es mi caso, a cambiar de profesión o a reinventarnos y adaptarnos a las nuevas realidades.
Ya empezaba a percibir y vivenciar estas sensaciones previo al confinamiento; sin embargo, tras el hiato que impuso el confinamiento y al retomar mi ritmo habitual de trabajo intenso, ha sido en ese momento cuando he podido meditar y consagrar tiempo a ello.
Como masajista, paso horas interactuando con la piel de mis clientes, y con el paso del tiempo, desarrollas un sentido para conectar con la gente.
Sobretodo en ámbitos parecidos, como la enfermería o la medicina, donde tu labor implica contacto directo con seres humanos, muchos de ellos desconocidos, y donde tu misión es mejorar su estado de ánimo o de salud, empiezas a percibir los ecos del karma.
Claro está, aunque sea un empleo y estés asistiendo al paciente hacia un estado de mayor bienestar y confort, generando mejorías… esto tiene una repercusión cósmica, el karma te recompensa con alegría, sin embargo, no es una felicidad plena, ya que una parte de ella se incluye en la remuneración que recibirás a fin de mes.
¿Cuál es el punto aquí?
¿Dónde radica «el negocio del Karma»?

Ayer pude ejecutar un experimento, proporcioné 5 sesiones de masajes de casi hora y media cada uno. Fue un día extenuante pero enormemente gratificante.

5 individuos completamente diferentes, en tamaño y condición física.

Altos, bajos, robustos, delgados, ancianos y realmente jóvenes.

Con cada uno, volví a practicar un ritual que habia postergado durante la pandemia — mi especial recarga de chakras.

Al concluir el masaje, ya sea uno relajante, descontracturante o con música, dedico unos minutos a posar mis manos sobre los chakras del cliente. Me concentro, inhalando y exhalando intensamente tres veces, imaginando cómo extraigo emociones negativas, residuos emocionales y mala energía en las primeras dos respiraciones, y cómo los inundo de energía purificadora en la última.

Esto lo hago de manera altruista. Cada vez que lo llevo a cabo, deseo fervientemente el bienestar y felicidad de la persona, y si sufre alguna dolencia, aspiro a su recuperación.

Ahí es cuando sientes la verdadera conexión. Cuando actúas con bondad sin esperar retribuciones, ya se me ha compensado por mi labor, que desempeñé con amor y entregando todo mi saber, y ahora llega el instante de obsequiar ese plus al cliente.

Doy gracias al cielo por haberme colocado en este camino y por permitirme descubrir tan magnífica verdad de manera tan pura… cuando una persona se relaja completamente, pierde todo temor a ser tocada por un desconocido y confía en tu profesionalismo, se rinde a ti con total fe… y es allí cuando se dan todos los componentes para crear esa magia, ese acto de dar sin esperar nada a cambio, que fluye desde mis manos directamente hacia lo más profundo del ser, hacia los chakras que, sin saberlo y gracias a la confianza otorgada, se muestran receptivos.

Quienes hayan seguido hasta este punto del relato, saben que no hablo de vanidades, puedo atestiguar la veracidad de mis palabras, puedo testimoniar que la satisfacción retornada es absoluta, ¡la ley del Karma actúa! No he tecleado estas líneas sin motivo.

¿Dónde reside el negocio del Karma?

En el retorno absoluto de la inversión y el costo nulo. Las ventajas son inmensas.

La felicidad que recibes al obsequiar felicidad es desproporcionada y si logras alcanzar este nivel, estarás muy cerca de comprender el verdadero sentido de la vida.

¿La competencia?

En cualquier empresa nos preocupa la competencia porque nos quita clientes, nosprovoca la reducción de costos… en el universo del Karma debería existir un amplísimo nivel de competencia, y desearía que otras personas adopten o implementen las sugerencias mencionadas en este artículo. Seguro que, si así sucediera, habitáramos en una tierra mucho más agradable.

CONCLUSIÓN:

El Karma te retribuye tanto lo positivo como lo negativo; aquellos que siembran animosidad de manera constante tienen una existencia desdichada, inmersos en conflictos.

Aquellos que esparcen y difunden júbilo, simplemente por ello, ya experimentan ese torbellino de plenitud y son seres estimados a quienes, más temprano que tarde, la vida les compensa con dicha.

Si ejerces como masajista, enfermer@, celador, o desempeñas una labor donde interactúes con otras personas ¡aprovéchalo! Además de percibir tu salario, recibirás un tsunami de amor por cada jornada laboral.

Anhela el bienestar, socorre a quien lo requiera y, si no realizas este tipo de oficio, tenlo en cuenta en tu cotidianidad y procura ser un buen ser humano, deseando sinceramente el bien para los demás con un simple abrazo o estrechándoles la mano.

El KARMA ES UNA LEY UNIVERSAL Y OPERA. ¡ÚSALA, SIEMPRE SALES GANANDO!😊✨

Pd: Al practicar este ejercicio a veces percibes vibraciones tanto negativas como positivas. Ayer mi gran explosión de contento fue gracias a una mujer en estado de gestación – si llegas a leer esto, ¡no tienes idea de la alegría que irradias!✨🤰

Óscar Salcedo.